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Editorial: Ecuador y China, un futuro compartido en el comercio internacional

Por Darío Regalado, presidente de la Cámara de Comercio Ecuador Shanghái China

El comercio entre Ecuador y China atraviesa un momento histórico. Las cifras recientes muestran un incremento en exportaciones y, al mismo tiempo, un alza en las importaciones que ha generado un déficit comercial mayor al de años anteriores. Este escenario, lejos de ser visto con alarma, debe ser interpretado como una señal de madurez y de integración en nuestras relaciones económicas.

Los productos que llegan de China —maquinaria, bienes intermedios, insumos productivos— no son una amenaza, sino herramientas para modernizar nuestras industrias y volvernos más competitivos en el mercado global. A su vez, el camarón, la madera, el banano y otros productos ecuatorianos consolidan su presencia en el gigante asiático, demostrando que tenemos lo necesario para posicionarnos en un mercado exigente y altamente competitivo.

Sin embargo, el TLC y la reducción arancelaria son apenas el primer paso. Lo que define el éxito a largo plazo no es solo cuánto exportamos, sino qué exportamos y cómo lo hacemos. La diversificación de nuestra oferta es urgente: necesitamos colocar más productos con valor agregado, con trazabilidad y diferenciación clara.

En este sentido, mi recomendación para los empresarios, productores y emprendedores ecuatorianos es clara:

  1. Pensar en grande: China no es un mercado de nicho, es el mayor mercado del mundo. No debemos conformarnos con exportar materia prima, sino avanzar hacia alimentos procesados, agroindustria y manufacturas con innovación.
  2. Apostar por la calidad y la certificación: el consumidor chino exige estándares altos, y cumplir con ellos abre puertas que se cierran para competidores menos preparados.
  3. Invertir en promoción y presencia: no basta con tener un buen producto; es necesario mostrarlo, participar en ferias, activar campañas en plataformas digitales chinas y estar presentes en la vitrina global que significa la CIIE en Shanghái.
  4. Aliarse con instituciones que entienden el mercado: desde la Cámara de Comercio Ecuador Shanghái China hemos acompañado a cientos de empresarios en este proceso, abriendo puertas, gestionando certificaciones y creando puentes con distribuidores y compradores.

El futuro de las relaciones Ecuador–China será lo que sepamos construir juntos. Estamos en un momento en que se requieren decisiones valientes y visión de largo plazo. Si damos los pasos correctos ahora, no solo aumentaremos nuestras exportaciones: consolidaremos a Ecuador como un socio estratégico y confiable.

La oportunidad está frente a nosotros. Depende de cada uno decidir si la aprovechamos.

Editorial: Ecuador y China, un futuro compartido en el comercio internacional